Dominicanos en China

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Tantos años atiborrados de mitos y tabúes sobre el pueblo chino… tantos años y, por fin, tuvimos la oportunidad de conocer este gran país de cultura vasta y ancestral. Todo aquel que haya nacido en la tierra de la güira y la tambora sabe de primera mano que al hablar de China nos llegaban a la mente Bruce Lee o Jackie Chan, por no citar el consumo masivo de carne de perros o de rata. En nuestra imaginación encontraríamos en la calle decenas de niños soltando acrobáticas patadas voladoras, hasta en los parques, y con sus respectivos maestros shaolin, por supuesto. En fin, un sinnúmero de mitos que nos obligaba a pensar cualquier cosa de China, menos que es un verdadero emporio.

Al formalizarse las relaciones diplomáticas entre República Dominicana y China, muchos dominicanos han tenido la oportunidad de venir a conocer un modelo económico que ha dado bastante resultado para el pueblo chino. Dentro de esos grupos que han tenido la oportunidad de pisar China, nos tocó en esta ocasión esta gran satisfacción junto a 32 dominicanos, con quienes inicié uno de los periplos más interesantes que jamás soñé.

Al hablar de China, toca la obligatoriedad de observarla desde 2 perspectivas; la China de una cultura milenaria, y quizás una de la más interesantes en la historia de la civilización, y por otra parte “la nueva China” tal y como la ha catalogado el propio gobierno local, que data del 1949 luego de que los comunistas encabezados por Mao Zedong tomaran el país asiático con una victoria sobre los nacionalistas que lideraba Chian Kai-Shek.

Desde ese instante inicia la revolución China, venciendo todo tipo de obstáculos para conocerse como lo que es hoy, la mayor economía emergente del mundo y la segunda más importante, solo por detrás de Estados Unidos.

El tema es que no solo son números fríos, en esta ocasión hemos tenido la oportunidad de visitar 3 ciudades; Beijing (la capital), Xiang y Dalian. Si evaluamos el aspecto de las infraestructuras, elemento indispensable como índice de desarrollo económico, China no envidia nada a ningún país del mundo, sus edificaciones son sencillamente impresionantes, sus vías de acceso se encuentran en óptimas condiciones; su transporte público, compuesto por trenes y autobuses, es de primera y su costo muy asequible. Contrario a lo que se puede apreciar por las revistas, le televisión y el cine del mundo occidental, los chinos son gente que parece feliz y su nivel de vida no se ve mal, muy pocos mendigos en las calles y el clima de seguridad quizás no se compara con ningún otro lugar.

China adoptó un sistema de gobierno comunista, quizás para nosotros este término no sea un indicador de progreso teniendo como referencia Venezuela y Cuba, aunque este último haya tenido avances importantes en áreas como la medicina o el deporte, si hablamos de desarrollo humano ha quedado a deber, y mucho. Este no es el caso de China, pueblo que pregona que su objetivo fundamental es generar riquezas y compartirla entre sus nacionales.

Existen algunas restricciones en el uso de redes sociales y alguna que otra página de internet, pero la gente lo acepta, aunque algunos hacen sus trucos, al igual que nosotros, usando VPN´s y así operar en redes como Twitter, Facebook, WhatsApp, entre otras.

Comer en China hace reflexionar sobre las alucinantes fábulas gastronómicas que se ha inventado occidente sobre este país. Para algunos de nosotros es probable que resulte algo diferente su “sazón”, pero en términos generales la comida es buena, su cerveza jamás será igual que nuestra Presidente, pero es algo que un buen dominicano puede tolerar.

Las 33 personas que estamos realizando el seminario sobre “Gobernanza para funcionarios Jóvenes” hemos tenido una recepción de lujo, desde nuestro guía principal que lleva por nombre “José” -o al menos así dice que es en español-, hasta todas las demás chicas que hacen su trabajo de forma voluntaria.

Ha sido agradable compartir esta experiencia con jóvenes valiosos dominicanos que, aunque muchos no nos conocíamos en nuestra tierra, escogimos un escenario magnífico para vernos por primera vez. Aquí hemos hecho de todo, acostumbrarnos a dormir la noche China, cuando es de día en República Dominicana (Jetlag) y muchos aún no se acostumbran por sus 12 horas de diferencia; bautizar a otros como el caso del buen amigo “Peluche” que nadie sabe cómo se llama, o celebrar el cumpleaños del buen amigo César Suárez el pasado 12 de julio, todo un mundo de aventuras que tardaremos meses en contar cada detalle.

Han pasado 15 intensos días entre conferencias, viajes, compras y una que otra cerveza. Las salidas en autobús se convierten en todo un karaoke ambulante que no permite conciliar el sueño de algunos compañeros cansados de todas las cosas que hacemos en el día.

Ha sido una participación muy diversa; hombres, mujeres, miembros de diferentes partidos políticos, de diferentes provincias del país, regidores, un diputado, en fin, una representación de valores que responden a diversas instituciones. Esta experiencia se pondrá en práctica aportando en nuestra tierra las cosas positivas que ha implementado China para sacar su pueblo de la vergüenza y convertirlo en el gran gigante de Asia y del mundo.

Ing. Félix Lantigua.