La Marcha Verde, Ramfis y el 2020.

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La llamada Marcha Verde contó en su momento con gran apoyo popular, sirviendo como escaparate para motivar temas de mucho interés nacional que la oposición, tanto por su descrédito como por su incapacidad no pudo capitalizar. Aquello de los verdes se estaba convirtiendo en algo apoteósico, digno de las auténticas manifestaciones de las masas populares.

Pero los verdes tenía un problema, aunque quieran ocultarlo: el grueso de los marchantes los aportaba un PRM incapaz de marchar bajo un azul con dorado con su pulgar hacia el cielo, pues estaba fresca la paliza electoral que les había propinado el presidente Medina en las urnas en mayo del 2016, entonces los modernos aprovecharon este incendio verde alimentado con el combustible del caso Odebrecht para propinar un golpe mediático al gobierno, perdiendo un valioso tiempo para posicionar su partido con miras al próximo certamen electoral.

Los verdes, por su parte, también necesitaban de ese cuerpo visible, es decir, la movilización de guaguas y marchantes, pues todos sabemos que los verdes “puros”, los que no simpatizan por el PRM sumados todos no alcanzarían en ninguna circunstancia el 3% de los electores –ahí están los resultados cada 4 años del tamaño de su apoyo popular– mientras que el PRM recibió en 2016 el favor de más de un millón y medio de votantes.

Recordemos que en en Agosto de 2017 dictó tajante Geanilda Vásquez  “El PRM es la Marcha Verde y la Marcha Verde es el PRM” mientras veíamos marchar con entusiasmo a Milagros Ortiz Bosch, los implicados en lo profundo de investigación del caso Odebrecht Andrés Bautista y Chú Vasquez, Orlando Jorge Mera, Geanilda Vásquez, José Paliza e incluso al mismísimo Luis Abinader Corona.

Al acercarse el 2020, por mecánica electoral, los dirigentes del PRM comienzan a ponerle asuntos a sus cosas, a sus proyectos de candidaturas locales y nacionales y la Marcha Verde se va quedando con su público implícito, aquellos que sumados no alcanzan un 3%: Minou Tavárez Mirabal, Guillermo Moreno, Narciso Isa Conde…

Las más recientes manifestaciones de Marcha Verde dan fe de cómo anda para este grupo la cosa, con miras a diluirse por completo cuando se de apertura a la campaña electoral.

En el caso de Ramfis Trujillo el fenómeno es más fácil de explicar. No es nuevo que a cierta distancia del año electoral, por la triste realidad que ha sembrado la inseguridad y la maldita delincuencia, aparezca un salvador de “mano dura”. Recordemos que en ciertos momentos puntuales el general Pedro de Jesús Candelier se posicionó con mucha fuerza como para convertirse en una opción electoral, ofertando un candidato que pudiera frenar el citado flagelo.

Si en esta ocación este puesto de hombre de mano dura hubiese caído en una persona que no se apellide Trujillo, es posible que hubiese sido una piedra en los zapatos del PLD, porque este que no será candidato a nada ha fungido como un tremendo señuelo para dispersar el ánimo que pueda acrisolar un temido bloque opositor, que junto con Marcha Verde son las dos grandes distracciones que le costarán al PRM no ser una opción de poder en 2020.

Autor: Félix lantigua