Antes que nada, quiero decir que la clase política debe revisarse pues es una vergüenza y un despropósito que se permita que Christian Steffano y el Partido Opción Democrática sean los mayores agitadores de la situación en La Vega cuando en el proceso de febrero obtuvieron 48 votos. Volviendo al tema, y a propósito de la rueda de prensa convocada por un bloque de oposición encabezado por el PLD y la Fuerza del Pueblo para el miércoles 23 de octubre, donde se demanda el llamado a elecciones extraordinarias para elegir el alcalde de La Vega, es justo señalar lo siguiente.
No se puede negar que ese bloque de partidos opositores está haciendo justamente lo que deberían hacer. Lo que sí queremos resaltar es que el PRM, por su lado, no está haciendo absolutamente nada de lo que debería hacer para contrarrestar esa situación.
Todo el mundo sabe, incluyendo ese bloque opositor, que aquí no se harán ninguna elección extraordinaria y que, en el hipotético caso de que se hicieran, ellos no tendrían ningún chance ni siquiera de competir. En las elecciones de febrero, la Fuerza del Pueblo obtuvo el 10.95% de los votos, el PLD 9.62%, el PRD 0.82%, el BIS 0.45%, y Opción Democrática, que es el que más bulla hace, consiguió el 0.06%, equivalente a 48 votos. Entre todos sumaron 16,791 votos frente a los 59,490 que obtuvo el PRM, un 77.61%.
Pero dice un dicho popular: “Miente que algo queda”. La estrategia de la oposición no es ganar, ni que se hagan elecciones, sino desacreditar la alcaldía de tal forma que para el 2028 el PRM no tenga ningún chance de conservarla. Lo peor de todo esto es que una buena parte del PRM se ha prestado a este juego. Dice la Biblia: “Se peca por obra o por omisión”, y aquí hay un buen grupo que, con su silencio, ha permitido que socaven la alcaldía desde sus cimientos sin entender que el 2028 está cerca, y la única forma en que puedan competir es manteniendo una alcaldía con valoración aceptada frente a la sociedad.
Hoy quien dirige la alcaldía es Joel Martínez, un hombre con más experiencia que cualquiera en los asuntos del ayuntamiento, reputado arquitecto, municipalista a carta cabal y, por demás, perremeísta. Pero el equipo de trabajo que le acompaña en la alcaldía también es perremeísta, no son de otro partido, son netamente del PRM. Sin embargo, los intereses grupales de candidaturas, que faltan cuatro años para definir, imposibilitan que Danny Holguín, Agustín Burgos, Limbert Cruz, Wilson Rodríguez, Kelvin Cruz, Fausto López Solís, entre otros, puedan reunirse y dar una declaración conjunta y contundente de unidad, y que esa oposición entienda que esa alcaldía, por derecho, le corresponde al PRM y que esas diferencias internas no deben salir de esa institución. Pero los modernos no están en eso; la idea es que, si no la tengo yo, que coja candela, que no sea de nadie. Y que, si hoy no puedo decir de todo por disciplina partidaria, entonces guardar silencio para que se desacredite de la peor manera.
Quemar la cama porque no me dejaron acostar hoy o echarle una pasta de jabón al sancocho porque no me dieron un plato siempre será una mala decisión. El PRM tiene varios candidatos corriendo por la nominación presidencial de ese partido para el 2028, pero se les olvida que de todos solo podrán elegir a uno, y que luego, para poder ganar, tendrán que juntarse los vencedores y los vencidos. Y si las heridas que se propinen son muy profundas, después no podrán sanar. Lo que están haciendo no es más que EL PRINCIPIO DEL FIN.
¡Cuidaito Compay Gallo, cuidaito!
Félix Lantigua