Según la ley de inmigración de los Estados Unidos, los funcionarios consulares tienen la obligación de asumir que todos los solicitantes de visa de no-inmigrante tienen la intención de inmigrar a los Estados Unidos. Es la responsabilidad del solicitante demostrar al oficial consular que regresará a la República Dominicana al concluir sus planes de viaje declarados en su formulario.
Una solicitud de visa no-inmigrante puede ser rechazada en virtud de la Sección 214 (b) de la ley de Inmigración y Nacionalidad de los EEUU, si el oficial consular no está completamente convencido que el solicitante no tiene la intención de abandonar su país. A fin de calificar para una visa, el interesado debe demostrar que tiene fuertes lazos que lo atan a la República Dominicana y que no tiene pensado fijar su domicilio, ni buscar empleo no autorizado en los Estados Unidos.
El establecer fuertes lazos con su país de origen difiere de persona a persona. Para algunos, estos pueden estar relacionados con negocios, operaciones comerciales o profesionales. Otras personas pueden demostrar sus vínculos financieros presentando documentos de propiedad o inversiones en el país. También es posible demostrar lazos a través de los familiares y relacionados. Es importante que los solicitantes compartan de forma clara y breve, al oficial consular, toda la información pertinente a su situación particular y demuestren que tienen intenciones de regresar de manera oportuna y reanudar su vida en la República Dominicana.
El rechazo de un visado de acuerdo a la sección 214 (b) no es permanente. Las personas pueden solicitar nuevamente cuando lo deseen. Sin embargo, el demostrar fuertes lazos con República Dominicana es siempre la base para que se otorgue un visado. Antes de decidir volver a solicitar es aconsejable esperar hasta que pueda demostrar de una manera más fuerte los lazos personales, profesionales, y/o culturales con su país de origen.
