Una perspectiva a los actuales Regidores.

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Por décadas en la Republica Dominicana, los regidores fueron elegidos mediantes  métodos de arrastres y únicamente eran sometidos al ¨escrutinios¨  de las militancias partidarias, mediantes cuestionadas convenciones, plebiscitos o primarias,  todas ellas manipuladas por las cúpulas de los partidos políticos, quienes imponían a los candidatos de su elección.    

Las nuevas leyes del régimen electoral, partidos, agrupaciones, movimientos y fuerzas políticas, amplio el cerco electoral, permitiendo la aplicación de métodos más democráticos he involucro por vez primera en la republica dominicana, a la Junta Central Electoral, como órgano responsables junto a los partidos políticos de dirigir las primaria para la escogencias de los candidatos, una garantía de trasparencia y democracia en estos procesos, todo esto dependiendo el método de elección escogido por los organismos de dirección de cada partidos y posteriormente la Junta Central Electoral es la única responsable de organizaría las  elecciones de donde resultarían electos.     

Es de procedimientos cada vez que acontece un evento y en este caso polito,  el mismo deba ser sometido a evaluación, siempre con el propósito de interpretarlo, tarea difícil dado el menú de lecturas que cada evento o resulto pueda expresar.

La ley trajo consigo elementos novedosos, como la obligatoriedad de que cada partido, agrupación, movimientos y alianza políticas deba presentar boletas cumpliendo con la equidad de géneros correspondientes a un 40% de candidatas femeninas y un 10% para la juventud, la Junta Central Electoral hizo obligatorio ese cumplido pese a las resistencias, astucias y tozudez de algunos partidos políticos.

El caso que nos ocupa, solo el 23% de mujeres fueron elegidas, y un 11% de jóvenes, no está mal considerando las desventaja que ofrece un sistema partidario y electoral por demás machista y adocenado, los más osados han expresado que es casi seguro que detrás de esas mujeres que resultaron electas, debe haber un buen hombre.  

Las cúpulas partidarias, rancia en algunos aspectos, se resistieron al cumplido de la leyes, no obstante muchos candidatos encontraron resguardos en el Tribunal Superior Electoral, quien se ha  encargando de corregir los entuertos propio de los conflictos electorales.

Haber involucrado a la Junta Central Electoral en las primarias de los partidos políticos no era una opción sino una obligación, puesto a que ya en la republica dominicana los partidos  habían agotado su capacidad del arbitraje en sus procesos internos, la Junta era para los partidos un bálsamo para aliviar su maltrecha convivencia, una jugada audaz del liderazgo político criollo puesto a que no se conoce democracia sin partidos y aunque no es una forma de gobierno perfecta,  es la mejor forma de gobierno hasta nuestros días.

Los dominicanos tenemos grandes resto que afrontar si queremos perfeccionar nuestra débil democracia, tenemos que seguir apostando a ella, para lograrlo hay que continuar haciendo esfuerzos serios en la educación de hecho, el proceso recién pasado así  lo demuestra, fíjense que a pesar del avance en cuanto a la forma de elección de los regidores, cada uno de ellos salvo raras excepciones no se conoce que hayan presentado propuestas electorales serias pero, tan poco el pueblo se la exigió, quizás por eso la mayoría se abstuvo de hacerlo.

Entonces, si no hay inversión real en educación, una tarea platónica pero única salida de avance real, tampoco  tendremos buenas  propuestas y con ella peores autoridades, ahora bien, un electorado ávido de otros cumplidos, a nadie como candidato se le ocurriría ofertar los que la prudencia, estrategias y la forma amerite, pero eso el dicho que cada pueblo tiene las autoridades que merecen, y a fin de cuentas, el fin justifica los medios, diría Maquiavelo.  

La democracia en la Republica Dominicana resulta muy cara para los candidatos, porque los partidos una vez en el poder se resistente en invertir en  educación porque la renta es a largo plazos sin embargo, el método tradicional de hacer política  está agonizando, si no creamos las condiciones para que el electorado acurda a  las urnas atraídos por las propuestas, más tarde lo vamos a lamentar.

Continuamos atrapado en un círculo vicioso que nunca acabara, sin la oportunidad de exigirles con objetividad a esas autoridades que sean eficientes en el desempeño de sus cargos, sin dudas algunos lo serán aunque motivados por su propia y oportuna convicción, ahora igual que siempre tenemos concejalas elegidos, algunos ¨ democráticamente¨ unos por recursos, otros por astucias o por línea de equipos, y nadie por propuestas, esa es la realidad.  

Que  Dios no coja confesados.