Por rebatiñas y triquiñuelas entre el presidente de Coraavega, Vladi Viloria, y el director ejecutivo, Julio César Peña, los empleados de Coraavega no han cobrado el mes de julio.
El presidente del consejo directivo de la institución se niega a firmar la nómina porque “exige la cancelación inmediata de un ingeniero”, a quien acusa unilateralmente de suministrar “información delicada”, asunto que niega el director de Coraavega y la encargada de recursos humanos. El impase entre los funcionarios ha provocado el taponamiento de la nómina para que todos puedan felizmente cobrar.
Lo que no entendemos es como la nómina la firma el presidente, Vladi Viloria, cuando en realidad debería firmarla el director. Por lo visto, Vladi no tiene la autoridad para sacarlo de nómina, quien tiene potestad para hacerlo es el director, y entre esta confusión y usurpación de funciones se maneja Coraavega.
