Todo aquel que incursiona en el mundo de la política debe de tener bien claro que hacer política no es hacer negocio, si no, ser el canal, el instrumento o el facilitador para que los recursos y las posiciones obtenidas sean manejadas de manera efectiva para el bien de la colectividad y por ende de nuestra sociedad.
Negar que Fausto Ruiz realizo una gestión aceptable durante su reinado en la alcaldía vegana (1998-2010) es simplemente ganas de joder; sin embargo, en los últimos años ha venido desarrollando un comportamiento muy distante a lo anterior, al extremo que ha perdido su identidad partidaria y en el año 2015, se mercadeó como abanderado de la alianza PLD-PRD, luego trató de arrebatar la candidatura a Kelvin Cruz por el PRM y por ultimo terminó siendo comprado por el PRSC, por unos cuantos millones de pesos en efectivo, una Jeepeta marca TAHOE, la llamada “especie” (Vallas, afiches, Spot de radio y televisión, entre otros) y una regiduría que a la hora del acuerdo era la numero 8, pero fruto de otras alianzas terminó siendo la numero 11. Esa regiduría estaba reservada para su hijo, de acuerdo a expresión del citado legislador hacia mi persona. El número 11, finalmente, no fue de su agrado y terminó siendo vendida al actual regidor Victorino, quien sí creyó en el proyecto Kelvin Cruz Sindico.
De toda esta artimaña y fundamentada sobre la base de que haría una gestión ejemplar, participativa, representativa e incluyente sale la diputación del señor Ruiz para el período 2016-2020, la cual al día de hoy ya ha cumplido más de 1 año de gestión y no ha logrado exhibir ningún tipo de resultados para aquellos que creyeron en el ex alcalde, hoy diputado.
Con el afán de mantenerse en la palestra ha intentado halar por las greñas el tema de la presa de Guaigui, escondiendo la realidad de que su posición como legislador ha sido un fiasco, excusándose con el pobre argumento de que tomó el primer año para aprender, sin embargo, ha cobrado el mismo sueldo y los mismos beneficios que aquellos que han asumido con dignidad, decoro y gallardía sus funciones como congresistas (así si es bueno), sabiendo él quien fue 2 veces regidor, que la diferencia entre el diputado y el regidor es que el primero legisla por el país y el segundo por el municipio.
Quienes confiaron en la idea de que Fausto Ruiz podía ser un buen congresista, han estado frustrados, puesto que el mismo actúa con irresponsabilidad y procura por todos los medios hablar del pasado (Alcaldía) y olvidar su responsabilidad para la cual fue elegido
lo que resulta ser un absurdo, un engaño, una burla, dado de que el liderazgo responsable amerita un comportamiento ejemplar, lleno de valores, de ética y honestidad.
Muy distante a lo mostrado por el señor Ruiz, el cual ha convertido el quehacer político en oportunismo, nepotismo, clientelismo… cualidades que una sociedad como La Vega no se merece.
Apostamos a lo nuevo, a lo fresco, a lo transparente, a lo digno, estas malas prácticas deben ser eliminadas, puesto que nos muestran la parte más oscuras de la política, esperamos con ansias el 2020 para decir Adiós Fausto Ruiz… Caíste de lo sublime a lo Ridículo.
José de la Cruz Vargas.