Por el Lic. Carlos Madera. El propósito de este artículo es presentar unas reflexiones sobre la lucha de poder interna en los partidos que tienen opción de poder en el venidero proceso electoral.
En política, la concertación de alianzas y la integración de una gran cantidad de cuadros políticos que fortalezcan su estructura es sinónimo de triunfo, o por lo menos ayuda a que el equipo terrestre, esté en condiciones de asegurar que se llevara a la gente a las urnas, consolidando su candidatura.
Con relación a la Fuerza del Pueblo en la Provincia de La Vega, es evidente que gravitan dos grupos los cuales están liderados por Alexis Pérez entre otros valiosos dirigentes y por otro lado los encabezados por Euclides Sánchez, Enrique Ramírez y Fausto Mota, titanes de la política, quienes deberán decidir si van a trabajar para mantener el porcentaje alcanzado en las elecciones pasadas o procuraran la integración de todo el que desea aportar a la causa electoral de Leonel Fernández y su dinastía.
Es que solo pensar en las candidaturas locales como alcalde o senador, que deben contar con el favor unánime de todos militantes del partido como base para salir a promover y ganar dichas candidaturas, pero en las actuales circunstancias y con el poco tiempo restante es algo con lo que la FP no puede contar.
Es evidente que si no reparan las diferencias entre los que inauguraron el partido verde, los cuales de manera pública objetaron las posiciones que le asignaron al grupo que entro en la segunda etapa y ahora parece tener prohibido participar en las actividades que estos organizan.
¿De qué manera podrá conciliar esta vital coexistencia?
¿Podrán motivarse los que anteriormente apoyaban a Leonel a entrar en este gallinero?
Sin dudas que las lealtades de oro del liderazgo de Leonel, deben comprender que, en las elecciones pasadas, se logró superar el 5.69% de los votos válidos sumando lo obtenido en lo municipal y presidencial, por lo que para avanzar y colocarse en el podio de los ganadores deben aprender a sumar barriendo para adentro y añadirle un 45% de los votos que cuente la JCE en el 2024.
Esto significa crecer 9 veces lo obtenido en los comicios del 2020, que no es tan difícil comparando las circunstancias y el contexto de ese momento histórico, pero si las cosas se mantienen así, ese crecimiento será cada vez más difícil.