La falta de infraestructura vial en el distrito de Tavera, La Vega, había limitado significativamente el desarrollo del ecoturismo, pero con la construcción de un nuevo circuito vial que conecta con Santiago y Jarabacoa, la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana (Egehid) está allanando el terrero para desarrollar todo el potencial ecoturístico de la zona.
Tenemos por costumbre enfocarnos en atender, en materia de prensa y opinión, las malas prácticas de algunos servidores públicos, pero también es justo reconocer cuando un funcionario como el administrador general de Egehid, el ingeniero Rafael Salazar, tiene la capacidad de cumplir con su responsabilidad social corporativa, orientando esta entidad pública en base a la gestión de los impactos que su actividad genera en las comunidades locales, tal como es el caso de Tavera, donde opera un completo hidroeléctrico que entró en servicio en el año 1973.
La visión de Egehid de conectar Tavera con Santiago y Jarabacoa con una inversión de RD$7,000,000,000 (siete mil millones de pesos) posibilitará un acceso más rápido y seguro a los turistas internos y externos que deseen visitar la región; pues apenas inicia la construcción de estas vías y ya se siente el estímulo al crecimiento de las pequeñas empresas turísticas, las tiendas de artesanías, los restaurantes y otros negocios locales. Y es que comienzan a generarse los beneficios socioeconómicos para la población local, como la creación de empleos directos e indirectos relacionados con el turismo, lo que va de la mano con el mejoramiento de la calidad de vida. Asimismo, es innegable el impulso que recibirá el dinamismo económico de la zona con esta inversión pública, junto a la diversificación productiva y la integración de la región, pues se está integrando Tavera al mismo circuito ecoturístico al que pertenece Jarabacoa, lo que dará un mayor valor a los terrenos en toda la zona.
Felicitamos este complejo de carreteras, que es el cumplimiento del estado dominicano a una deuda histórica con estas laboriosas comunidades, que por demás son una zona productiva cuyo potencial ecoturístico no podía continuar engavetado… ya venía siendo hora de que se revalorizada este paraíso de paisajes montañosos, ríos, presa, cascadas, bosques, flora y fauna endémicas y una gastronomía propia que brinda condiciones para el senderismo, el ciclismo, kayak, rafting, la pesca, el avistamiento de aves y el camping.
El país debe de abocarse en el apoyo hacia el ecoturismo, pues esta una forma de turismo que por su naturaleza busca minimizar el impacto ambiental y social propios de las actividades turísticas, al mismo tiempo que contribuye a un mayor desarrollo económico y cultural de las comunidades locales. El desarrollo de nuestro ecoturismo es una estrategia clave para lograr un turismo más sostenible y responsable, que beneficie por igual a los visitantes tanto como a los anfitriones.
Autor Félix Lantigua