ANTE UN CRIMEN ¿SE DEBE JUZGAR LA NACIONALIDAD DE UNA PERSONA?

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¿Constituye la nacionalidad de una persona una circunstancia agravante?

Estas cuestiones desde el punto de vista exegéticamente legal parecería descabellado  pensarlo, pero lo cierto es, que ante hechos que han consternado a la sociedad y que involucran a nacionales, me resulta interesante, analizar este tema.

La nacionalidad de una persona es definida con el vínculo jurídico de una persona y un país, es la referencia de origen de una persona, es un estatus que arrastra consigo la adquisición de ciertos derechos humanos, civiles y políticos. Cada país mediante sus leyes define quienes son sus nacionales (ver art.18 de la C.D).

Por otro lado debemos abordar el tema de la responsabilidad penal, es un principio constitucional que nadie puede ser juzgado por un hecho que no le corresponda, los convenios internacionales en materia de DDHH, han venido reiterando este principio.

De lo anteriormente expuestos podemos afirmar que si juzgáramos la nacionalidad de una persona, ante un crimen, arrastraríamos solidariamente a los que poseen dicho vínculo. Ciertamente esto sería desproporcional y rompería con todos los principios de un debido proceso, el fundamento del Derecho Internacional Público y las relaciones entre las naciones.

Cada persona es un sujeto individual en derechos, la nacionalidad es un derecho humano, cuyo ejercicio es facultativo de la persona.

Desde mi perspectiva enjuiciar el tema de la nacionalidad ante un crimen, solo fomenta el odio y el rechazo entre las naciones, que por supuesto va en detrimento del sector más vulnerable, considero que por la salud del Derecho Internacional Publico y las relaciones internacionales, las naciones deberían activar políticas públicas que regularicen o limiten las acciones que constituyen un atentado contra la colectividad.

En resumen, ante un crimen no es la nacionalidad de la persona lo que se juzga, son los hechos imputables a la persona.

Cada persona tiene libre albedrío, decide que hacer de su vida, que músculos ejercita, si el bueno o el malo. Por lo tanto cada quien debe responder por sus actos.

Si en cada hecho atroz que sucede en el mundo, se juzgara a la nacionalidad de una persona, el mundo estaría en constante guerras entre las naciones.

La realidad social es que existen ciudades en diferentes partes del mundo, que se destacan por un  índice elevado de criminalidad, no obstante a esta situación, no podemos arrastrar a la colectividad ante un hecho de relevancia penal, que en el fondo nos afecta a todos los que poseemos un grado de conciencia y respeto por la vida.

 

Autora: Licda. Yamilka De La Cruz.