Merca Santo Domingo y Mercado nuevo: La Bella y la bestia

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En relación con una asignación de la universidad nos tocó visitar Mercado Nuevo, el llamado mercado “de la Duarte” y de inmediato pensé ¿qué hace esta vaina operando así en pleno 2017? Dicho mercado no tiene siquiera categoría de pocilga, ya que esto sería un piropo, más bien se asemeja a una gran letrina de donde todavía se suplen restaurantes, comedores y colmados. En este ambiente, donde los comerciantes no tienen acceso a sanitarios, se confunde todo en uno solo: la basura, el lodo y los alimentos.

Puede observar como anda rodando por el agua sucia lo que parará en el estomágo de un dominicano en el Mercado Nuevo

Bajo ningún control sanitario, en lo que bien puede llamarse “tierra de nadie” opera este mercado cuyo caos es solo comparable al infierno de Dante. Que este mercado siga funcionando y las autoridades haciéndose de la vista gorda con la salud de la población es tremenda irresponsabilidad de nuestros gobernantes, tanto de la alcaldía del Distrito Nacional como del gobierno central.

¿Cómo es posible que los productos estén en el suelo, donde los perros (y las personas en horas de la madrugada) hacen sus necesidades? Muchos de los brotes de enfermedades, bacterias y diarreas provienen de Mercado Nuevo sin que las autoridades correspondientes, muy prestas a enfrentar otros “males” sanitarios tengan lo que hay que tener para resolver este desastre.

Sin mencionar que los ocupantes de este mercado ocupan las vías públicas como si se tratara de una herencia familiar, aceras, calles, contenes y áreas verdes, quizás los RD$20 pesos que pagan al día es el precio de la salud de los dominicanos, pues varios estudios han demostrado que desde esta letrina se propagan la bacteria escherichia coli y el cólera.

El Merca Santo Domingo es «otra fragancia»

Al día siguiente, sin mucho ánimo de conocer más mercados, todavía con el vaho del Mercado de la Duarte pegado en la nariz llegamos hasta el Merca Santo Domingo y … ¡Sorpresa! Un mercado que parece sacado de Suiza, enclavado en el kilómetro 22 de Pedro Brand, muy limpio, con miles de parqueos, baños y seguridad. Nos sorprendió incluso la educación de los comerciantes, allí nadie anda voceando ni tirando a los compradores por el suéter. Tampoco vimos productos en el piso, todo en tarimas y con calidad, me atrevo a decir que con más calidad que el mejor de los supermercados. Nunca imaginé que en mi país algún día podíamos convertir un mercado, sabiendo lo que eso significa por tradición, en un espacio tan digno y hermoso.

La única explicación que no se hayan trasladado las operaciones del Mercado Nuevo al llamado Merca es que este es un país de anormales o de gente bruta, como decía el Dr. Máximo Beras Goico, o bien que la salud y la vida de nuestro pueblo simplemente no tiene dolientes, pues habrá que esperar que un tremendo brote de cólera salga del Mercado Nuevo para que las autoridades tomen las medidas de lugar.

Dos consejos:

Uno: cuando le sirvan un plato pregunte si eso viene del Mercado de la Duarte, los medicamentos y los velorios están caros.

Dos: si aún no lo ha hecho, vaya y visite Merca Santo Domingo.

Autor: Jaime J. Frías