La lucha por construir mayorías electorales en el país llevadas a cabo por los partidos del sistema, están amenazando a las instituciones llamadas partidos políticos, debido a que en aras de conquistar a antiguos rivales, se está irrespetando la meritocracia dentro estas organizaciones, enviando una mala señal indicando que la ideología, los principios, el trabajo tesonero, la entrega incondicional y la permanencia fiel en un partido, son méritos que muchas veces se colocan por debajo la llamada «conveniencia electoral» y esto puede a futuro, destruir a los partidos, debido a que cada día se les dará menos importancia a los méritos acumulados para ser valorados y sometidos a procesos democráticos internos dentro de sus organizaciones, con la finalidad de conquistar el derecho a una candidatura.
Debemos tener en cuenta que la figura de las reservas legalmente establecidas, debe ser bien implementada para que no se convierta en una herramienta del transfuguismo oportunista, pues de ser así, en poco tiempo, ya los partidos no serían vistos como vías para canalizar aspiraciones y se normalizaría la mudanza constante de compañeros de una organización a otra, sólo por la conveniencia de ser llevados como candidatos sin el menor esfuerzo y sin el debido proceso democrático interno, afectando sensiblemente a quienes poseen los méritos, trayectoria y capacidad para ser elegibles para un cargo electivo.
Por último, asevero que mis reflexiones sobre lo que se está observando en el país, van en pro de preservar la meritocracia como una señal inequívoca a la juventud de que ser coherente, tener argumentos, ideologías, arraigo y fidelidad a una institución, tiene valor suficiente para ser tomado en cuenta para un puesto de elección popular.